Las barras antipánico solo deben ser empujadas para abrir la puerta, quedando por fuera inaccesibles para los ladrones. En la parte exterior no hay elementos manipulables, lo cual hace imposible cualquier intento en ese sentido.
La marca TESA hace una división en tres grupos de sus barras antipánico. Por un lado, se encuentran las barras tradicionales o estándar, con un funcionamiento fácil y dotadas de cerrajería para evitar múltiples técnicas de robo. Por otro lado, podemos encontrar las barras antipánico para discapacitados, que son las más adecuadas para dejar acceso fácil a toda persona con movilidad reducida. Cuando se trate de preservarse de los ladrones y dar facilidad a los usuarios con discapacidades físicas, hay que emplear barras de este tipo, las cuales integran una barra extra de modo que se obtenga más facilidad de uso.
También TESA propone la instalación de barras antipánico de deslizamiento, una denominación que alude al modo en que son activadas por los usuarios. Tanto en un caso como en el otro, sean barras simples, dobles, de deslizamiento... deben ser solo instaladas y mantenidas por cerrajeros cualificados, pues de no ser así, los ladrones podrían encontrar la manera de deshacerse de la protección y entrar en el edificio.
Si lo desea también pueden hallar otros productos de cerrajería para vías de escape, por ejemplo pulsadores de emergencia.
